Existen momentos en que la amistad o la convivencia se
fracturan por diversas causas, las peleas y las rupturas, originan sentimientos
negativos como la envidia, el rencor, el odio y el deseo de venganza. En estas
situaciones, las personas pierden la tranquilidad y la paz interior, y al
hacerlo, los que están a su alrededor sufren las consecuencias de su mal humor
y la falta de comprensión.
De esta manera, debemos saber que los resentimientos nos
impiden vivir plenamente, quizás un acto que provenga del corazón puede cambiar
nuestras vidas y la de aquellos que nos rodean. Así, es necesario pasar por
alto los detalles pequeños que nos incomodan, para alcanzar la alegría en el
trato cotidiano en la familia, la escuela o la oficina. Es más, debemos evitar
que estos sentimientos de rencor nos invadan, por el contrario, es necesario
perdonar a quienes nos han ofendido, como un acto voluntario de grandeza,
disculpando interiormente las faltas que han cometido otros.
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